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Fecha: Julio 04, 2023 |
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Fuente: elcorreo.com |
Un comercio cada vez más intercultural
Migrantes. La mitad de los negocios situados entre las estaciones de metro de Las Arenas son gestionados por extranjeros
De los 75.629 habitantes que hay empadronados en Getxo, un 11,10 % son de origen extranjero. Si hace apenas dos décadas el municipio contaba con 3.497 inmigrantes, hoy superan los 8.394. Este crecimiento también se percibe en el auge de comercios gestionados por personas de otros países. Sólo en la calle Ibaigane de Las Arenas –entre las dos salidas de metro–, un punto neurálgico de la ciudad por el que transitan cientos de personas cada día, existen 28 pequeños negocios. La mitad son administrados por emprendedores criados en otras partes del mundo. ELCORREO habla con cuatro de ellos para conocer su historia y el motivo por el que han elegido Getxo para asentar su negocio.
La colombiana Carolina Cárdenas aterrizó en Euskadi cuando apenas tenía 16 años. Viajó con sus padres en busca de un buen trabajo y después de dos décadas, tomó la decisión de quedarse junto a su madre. Desde hace tres años es la responsable de la frutería Zelaia, un negocio en el que asegura que «cada vez hay más competencia». «En 2015 abrimos una tienda de fruta en Algorta y después de la experiencia, pensamos en abrir una segunda para ver cómo funcionaba. Cada vez es más difícil por la gran cantidad de tiendas de fruta y verdura que hay en la zona pero aquí seguimos», explica. Ella, al igual que otros muchos emprendedores, vio en la calle Ibaigane un lugar perfecto para la venta. «Para mucha gente y después de tanto tiempo tenemos clientela, pero no es fácil», advierte.
Farofa brasileña, Polvilho Doce, Manduvi Kui de Paraguay, buñuelos de Colombia, Aji-no-moto de Filipinas, café originario de Latino América... El argentino Diego Álvez ha transformado una antigua tienda de gominolas en un auténtico supermercado latino. ¿El motivo? «La gente que se ha criado en América del Sur quiere seguir disfrutando de sus productos. En Las Arenas hay muchos supermercados, pero ninguno vende lo que yo», dice. Con 41 años de edad, lleva más de dos décadas viviendo en Bizkaia, concretamente en Indautxu, donde hasta hace poco trabajaba en la venta de alimentos. Sin embargo, no dudó en coger hace apenas seis meses este local getxotarra, gestionado con anterioridad por varias personas de origen asiático. «¡Vi la oportunidad perfecta! Al principio ha costado que la gente entre a comprar, pero ahora se ha convertido en un lugar muy frecuentado. A las tardes se reúnen muchos latinos de diferentes países a conversar», añade.
Jin Xia Lin, nacida en China, viajó hasta Bizkaia hace 24 años en busca de una «vida distinta». Quería conocer nuevas ideas, puntos de vista diferentes y finalmente, se quedó. Aquí dio a luz a sus tres hijos y hace un año alquiló un pequeño local ubicado junto a la principal boca del metro de Las Arenas, en un extremo de la plaza de La Estación, para crear una tienda de productos de cosmética. «Antes trabajaba en un restaurante en Bilbao, pero no era fácil conciliar la vida familiar. Mi hijo más pequeño tiene seis años y con la tienda al menos puedo organizarme», asegura Lin. Al vivir en el barrio, no dudó en hacerse cargo del negocio. «Se lo alquilé a un amigo, pero es verdad que esperaba más ventas de las que estamos teniendo. Está todo muy parado», se lamenta.
La colombiana Denisse Sepúlveda, nueva propietaria del bar Metro, dejó atrás su país de origen para «brindarle un buen futuro a mis hijos». Llegó hace 23 años a Euskadi y hace cuatro a Las Arenas. Después de haber trabajado como cocinera, decidió tirarse a la piscina y arrendar por sí misma un negocio en el centro de la ciudad donde ofrecer buenos vinos, pero también destilados de calidad. «No tenía trabajo y el contacto con el cliente era algo que me gustaba. Se supone que según nuestra ubicación, deberíamos tener más movimiento, pero no es así». Sepúlveda echa la culpa a «la cantidad de tiendas que venden bebidas alcohólicas cerca del establecimiento».
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